Cataluña dispone de la Ley de prevención de las pérdidas y el derroche alimentarios en Cataluña. La ley debe ayudar a alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible de hambre cero y se propone reducir en un 50% el desperdicio alimentario en 2030.
Las regulaciones que estipula la ley y que ha entrado en vigor este año (2023) despliega las acciones y deberes que cada agente de la cadena alimentaria deberá cumplir obligatoriamente.
A continuación, destacamos algunas:
- Productores y fabricantes: integrar los principios de reducción de pérdidas y desperdicio alimentario en la estrategia de Responsabilidad Social Corporativa.
- Almacenamiento y distribución: posicionar la marca con responsabilidad social y ambiental a través de acciones para reducir las pérdidas y desperdicio alimentario e informar a los consumidores sobre hábitos de consumo responsables, así como hacer acuerdos con proveedores y otras empresas para cumplir con la priorización de las acciones de prevención.
- Hotels i restauració:
- Separar la recollida dels residus orgànics, detectar aquells recursos que es podrien aprofitar i promoure el consum de productes de temporada i de proximitat.
- Implementar programes educatius per a entitats que operen càterings i menjadors escolars.
- Facilitar que els consumidors s’enduguin el menjar sobrer sense cost addicional.
- Administració pública: integrar noves clàusules en els contractes i concursos públics per a prevenir el malbaratament i les pèrdues alimentàries; recollir dades de generació i prevenció de malbaratament i pèrdues alimentàries, i elaborar un Pla Estratègic Català.
Todos los agentes, excepto las microempresas, están obligadas a:
- Elaborar un PLAN ESTRATÉGICO de prevención y reducción de pérdidas y desperdicio alimentario.
- MEDIR e INFORMAR, anualmente, los indicadores de seguimiento.
- CUANTIFICAR la donación de alimentos para consumo humano o alimentación animal.
Estos tres puntos se pueden diversificar de esta forma:
- Definir los objetivos estratégicos del plan.
- Designar un equipo de trabajo y/o persona responsable.
- Describir los flujos del proceso de producción.
- Cuantificar las pérdidas y desperdicio alimentario a través de una serie de indicadores (huella de carbono, huella hídrica, etc).
- Analizar las causas y definir acciones de prevención y reducción.
- Identificar puntos críticos y definir medidas correctivas.
- Formar al personal.
- Desarrollar un sistema de monitorización, documentación y registro.
- Comunicar los resultados logrados.
- Verificar y actualizar el plan.
Las administraciones públicas, por su parte, deben incorporar a los contratos públicos cláusulas para prevenir las pérdidas y el desperdicio alimentario, recoger y analizar los datos de las pérdidas y el desperdicio y elaborar un plan estratégico de prevención de estas pérdidas.