Es imprescindible conservar bien los alimentos para evitar su desperdicio. Unos datos reveladores nos valen como ejemplo. Según la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), un tercio de la producción mundial de alimentos es rechazada cada año en todo el planeta, si bien el porcentaje es notablemente mayor en los países desarrollados que en los estados en vías de desarrollo: anualmente, en Europa y Norteamérica se pierden y desperdician entre 95 y 115 kilos de comida por persona, mientras que en África subsahariana, Asia meridional y Asia suboriental la cantidad de comida producida y no consumida es únicamente de entre 6 y 11 kilos al año.
Existen muchas razones por las que un alimento es rechazado sin ser consumido, como por ejemplo su destrucción durante el transporte o que no sea adquirido antes de caducar. Pero también lo es el modeo en el que conservamos los alimentos.
¿Qué podemos hacer nosotros para evitar el desperdicio de comida? Con una serie de sencillas acciones se puede luchar contra este derroche de alimentos. Buscando en internet podremos encontrar diferentes acciones, todas ellas válidas:
- Planificar el menú semanal
- Comprar los productos necesarios
- Almacenar adecuadamente los alimentos
- Diferenciar entre fecha de caducidad y la de consumo preferente
- Congelar correctamente los alimentos
- Calcular adecuadamente las cantidades
- Colocar los alimentos más antiguos delante de los nuevos
- Aprofitar els aliments per a un altre menjar
Desde este blog, Anafric ZERO pondremos el foco en el almacenamiento correcto de los alimentos. Y concretamente en el de la carne.
No todos los alimentos son iguales, cada uno de ellos tiene sus necesidades de mantenimiento y conservación. Por eso es especialmente relevante en verano conocer los detalles para conservar la carne en las condiciones idóneas para su consumo. Exponer este tipo de alimento a altas temperaturas puede provocar la aparición de microorganismos. Para evitar que esto suceda, debemos seguir una serie de recomendaciones.
Consejos prácticos
El blog Carne y Salud tiene una muy buena sección de consejos sobre la carne. En cuanto a su conservación está claro: Siempre es fundamental no romper la cadena de frío, para evitar su deterioro y alargar la vida útil de la carne.
No romper la cadena de frío: Si es verano, te recomendamos transportarla en una bolsa isotérmica.
Cuidado con el etiquetado: La carne envasada generalmente se conserva mejor, durante un período de tiempo más largo ya que el aire está más controlado y la velocidad de oxidación se ralentiza.
En cuanto a la carne comprada en mostrador, en una carnicería por ejemplo, debemos respetar estrictamente el plazo para consumirla. La carne fresca debe consumirse lo antes posible, preferiblemente en cuatro días. Eso sí, si se trata de carne picada, es mejor cocinarla lo antes posible. Se recomienda mantenerla por debajo de los 2 °C y los productos elaborados con ella deben estar por debajo de los 4 °C.
Almacenar adecuadamente la carne en el frigorífico: Para evitar ensuciar el frigorífico o contaminar otros alimentos, recomendamos guardar la carne en la parte inferior del frigorífico, donde el aire acondicionado está más concentrado y se puede conservar mejor .
Se recomienda almacenar la carne comprada por peso en recipientes limpios y herméticos.
No colocar los alimentos frescos (como la carne, pescado, verdura, etc.) al lado o en contacto con alimentos ya cocinados o listos para su consumo, para evitar la posible transferencia de microorganismos .
La temperatura adecuada para conservar la carne: Asegúrate de mantener la temperatura en el frigorífico en 4 °C para que la carne se conserve bien. Si deseas congelar carne, la temperatura debe ser de -18 °C.
El proceso de congelación de la carne cruda debe completarse lo antes posible para evitar la formación de cristales de hielo. Es mejor cortar la carne en trozos pequeños, envolverlos en plástico y separarlos por partes.
Ya sea cruda o cocida, la carne debe descongelarse lentamente para que quede uniforme.